sábado, 17 de agosto de 2013

Amorían

El silencio predomina,

los ruidos caseros:
Una canilla que gotea en un tempo de 60, el desagote del baño que chorrea en los momentos justos y bien agudo.
El gas de la estufa constante.


Tanto es así que ya no podría ni poner música.
No pude poner música.

Después me di cuenta que la música ya está puesta, y yo me pongo donde puedo.

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