lunes, 25 de enero de 2010

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Un granito de arena, ese de la superficie, que quiere sentir como lo transporta el viento.
Yace en el medio, nada importante. Tibio, seco, a veces enterrado, pero nadie se da cuenta.
Y las demás son personas. Cada tanto juego que soy persona, hasta que arena. Siempre un granito de arena. Justo que me había olvidado… me vi reflejada en el mar o en mi casa y me conocí realmente.
Con suerte alguien me guarde en su zapato, (sin querer, claro) en un dedo, debajo de la uña, y así no me siento tan sola, pero cuando se dan cuenta que estoy me echan, molesto. Empiezo a raspar y saco alergia.
No los culpo, soy un granito de arena. No sirvo de nada al ratito.
Chiquito, insignificante el puntito, así nació y así va a morir. No inventen eso de crecer, no es para todos.

Rimas idiotas de una tarada

Media Luna en el cielo,
Yo, medio su sombra en el suelo.

Una polilla en mi almohada.
Mojada.
Sigo callada.

Tripas del Sol en enero,
se refugian donde yo quiero.

Todo está ahí, por debajo.
Vida y muerte conviven, espacio.

Un todo de olas y espuma.
Ahí el tiempo se esfuma.
Ese que se cree tan grande, no es salado.
Sólo el espejo de lo que alguien había pensado.

¿Qué más le querés agregar a esta porquería?
Dejá que muera, es una fantasía.

Y vos,
Sacate los zapatos para entrar.