jueves, 22 de septiembre de 2011

Para mí, y para quien aplique

No me andan los pies. O se me perdieron en el camino.
Cuestión que esto de avanzar cada vez se me hace más dificultoso, como extraño.
Cómo extraño avanzar.

Siempre me creí más de la quietud y esas yerbas.

Claro, una planta.
Como si mi movimiento fuera por el viento. Bien de afuera ¿entendés?
Sin esfuerzo.

¿Y si no era?

¿Y si te digo que los pies los tenés bien puestos desde siempre, y que es solamente el terreno, que se puso de montañas?

Entonces yo te voy a decir que la banques con los libros de autoayuda y me dejes hacer lo que tengo que hacer.

Y bueno, dale, hacelo.

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