Yo pensaba usar las nubes de baldosas y llegar hasta encontrarte.
Me imaginaba en el camino, jugar rayuelas, saltar charquitos, pisar hojas secas, hacer sonar y surfear las que están flojas... pero no.
Hoy se da que en el cielo, no hay ni una nube.
Totalmente celeste y despejado.
Brilla ese sol tibiecito de otoño, que todavía se rehusa a ser invierno, pero ya se cansó de ser verano.
Entonces me doy cuenta que ya te encontré. Que tengo lo más lindo de vos conmigo y ni siquiera hace falta que me asome por la ventana.
Ya está todo inundado de vos, que me iluminás tanto...
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario