sábado, 26 de marzo de 2011

No me di cuanta y ya estabas

Yo pensaba usar las nubes de baldosas y llegar hasta encontrarte.

Me imaginaba en el camino, jugar rayuelas, saltar charquitos, pisar hojas secas, hacer sonar y surfear las que están flojas... pero no.
Hoy se da que en el cielo, no hay ni una nube.

Totalmente celeste y despejado.

Brilla ese sol tibiecito de otoño, que todavía se rehusa a ser invierno, pero ya se cansó de ser verano.

Entonces me doy cuenta que ya te encontré. Que tengo lo más lindo de vos conmigo y ni siquiera hace falta que me asome por la ventana.

Ya está todo inundado de vos, que me iluminás tanto...

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