En el corte de un borde
el punto se cae del molde,
gana la forma del piso y se va para atrás.
Recorre dichoso el extremo,
se filtra hasta el próximo suelo,
confiando que empiece de nuevo.
Con bronca y empeño se frustra,
gritando porque no le gusta.
Se enoja conmigo que escribo,
escribo y lo hago existir.
jueves, 29 de abril de 2010
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que bakan
ResponderBorrarsaludos amiga
cuida-te ai
besos
Este me gustó mucho, si.
ResponderBorrarLos puntos siempre se enojan con nosotros cuando los ponemos, y nosotros con ellos... es como la historia del huevo y la gallina creo.
Es que es tan importante que estén y tan difícil a la vez bancárselos...ahora que no sé qué es más difícil, si bancarnos lo que están ahí, los que nos imponen, ó, tener la valentía suficiente de ser los autores de los mismos. Por eso, sra. autora de puntos en su escribir, la felicito!
:)
Por cierto, qué excelente forma de vivir: existiendo a través de la escritura...
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